lunes, 10 de marzo de 2014

los ojos de mi espalda




La mirada de atrás, cerrados, que contenían el veneno de mi sueño. Ahora al cicatrizar se han abierto al mundo. Son los ojos que me llevaron a la nueva sabiduría. A la humildad de los muertos, que en camposanto no se distinguen los unos de los otros.
Hoy miro desde lo alto.
Mañana levanto la cabeza y sólo adivino un rayo de luz.
Los ojos que me salvaron la vida.
Las cicatrices que marcan el comienzo de los nuevos secretos.

Ahora están de par en par,
asemejan orugas blancas.
Pronto de allá me saldrán
dos alas escarchadas…

aunque volaré de lado,
al estar desigualadas.

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